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REMCB 38 (1): 25-34, 2017
INTRODUCCIÓN
En el Ecuador la diversicación económica
es baja y la producción primaria de la materia
prima aún representa el 90% de las exporta-
ciones del país, mayormente compuestas por
petróleo, bananas, camarones, ores y cacao
(Larrea y Warnars 2009). Dentro de estos
productos, el árbol de cacao ecuatoriano de la
variedad “Sabor Arriba”, el cual es comerciali-
zado como cacao de arriba no de aroma es el
mayor recurso para la elaboración de chocolate
de excelente calidad. De ahí que, la producción
de este tipo de cacao no de aroma es escasa,
debido a que la producción mundial abarca un
5% y en la actualidad Ecuador abastece cer-
ca de la mitad de la producción de cacao no de
aroma a nivel mundial (Melo y Hollander 2013).
No obstante, la vulnerabilidad económica del
país puede ser reejada en la producción de
este cultivo; por ejemplo, cuando en 1930 la
exportación colapsó debido a enfermedades
inherentes al cultivo de cacao. Como estrategia
para disminuir el ataque de dos hongos patóge-
nos desconocidos para esa época Moniliophthora
perniciosa (escoba de bruja) y Monilophthora
roreri (moniliasis), las plantaciones de cacao fue-
ron diseminadas por todo el país (Philips-Mora
et al. 2007). Este hecho desembocó en los actuales
sistemas de producción de cacao existentes en el
Ecuador.
El primero, caracterizado por pequeños productores
de subsistencia, sin accesos a recursos para volver-
los más rentables al cultivo del cacao, bajo cubierta
forestal, los cuales están cediendo espacio a otros
cultivos (Loor et al. 2013). Segundo, plantaciones
con variedades de cacao traídas del exterior resis-
tentes a enfermedades, las cuales fueron introdu-
cidas con la nalidad de revitalizar a la industria.
Debido a que estos materiales no poseían el sabor
nacional no de aroma, una hibridación natural dio
paso a una progresiva erosión de los genotipos ori-
ginales (Argout et al. 2008). Tercero, como al inicio
de los años 30, los técnicos fueron alentados para
realizar cambios radicales en el manejo del culti-
vo del cacao como monocultivo con la nalidad de
combatir las enfermedades, bandonando la práctica
de crecimiento bajo un dosel forestal (Ruf 2011).
El manejo cultural de enfermedades es actualmente
el método de control más ecaz empleado por los
pequeños productores. La frecuencia de retirada del
campo de la “escoba de bruja” constituye una estra-
tegia esencial para un control efectivo de esta en-
fermedad (Hernández et al. 2014). Sin embargo, los
métodos de control no químicos requieren una ele-
vada inversión y abundante mano de obra. El con-
trol químico es únicamente efectivo, cuando el pre-
cio del cacao y la incidencia de la enfermedad son
altas (Franzen y Borgerhoof 2007). En este sentido,
las especies de Trichoderma spp., son típicamente
considerados como organismos asociados con las
raíces de las plantas y comúnmente son considera-
dos por su potencial para el control de enfermeda-
des de las plantas, lo cual está cercanamente aso-
ciado con muchos aspectos típicamente endofíticos.
No obstante, un número muy pequeño de aislados
del género Trichoderma han sido estudiados en al-
gunos detalles relacionados con su capacidad de
biocontrol en las plantas de cacao (Samuels et al.
2006, De la Cruz et al. 2015). Los métodos de con-
trol biológico pueden ser empleados en una estra-
tegia de manejo integrado de plagas y están siendo
implementados en varias regiones de Latinoaméri-
ca. Diferentes hongos epítos y endótos han sido
evaluados por su ecacia como agentes de control
de diferentes enfermedades (Verma et al. 2007).
Así, algunas especies del género Trichoderma son
capaces de colonizar las raíces de las plantas e in-
ducir su crecimiento y resistencia a enfermedades
(Bailey et al. 2008). Varias especies del género han
sido evaluadas in vitro como biocontroladores de
M. perniciosa, de manera que, varias de ellas han
sido propuestas como potenciales agentes de bio-
control. Otra ventaja del uso de estos hongos es que
se trata de microorganismos naturalmente presen-
tes en los suelos cultivados con cacao. Entre ellos,
Trichoderma stromaticum ha sido descrito como un
agente de control biológico ecaz que, es capaz de
colonizar los tejidos meristemáticos de las plantas
y controlar la infección en diferentes cultivos (Ha-
nada et al. 2008).
Para optimizar el uso práctico de un
agente de control biológico, es esencial
entender cómo las condiciones físicas afectan la
sobrevivencia, crecimiento y reproducción de
los mismos (Samuels et al. 2006). Los mode-
los matemáticos han sido aplicados para descri-
bir el comportamiento de microorganismos en
diferentes medios. De acuerdo con
Begoude et al. (2007) el método empleado
fue un modelo polinómico de segundo orden y
los coecientes fueron calculados mediante un
análisis de regresión múltiple, en el cual la
variable independiente corresponde al grado de
crecimiento radial de Trichoderma spp., inuen-
ciado por la disponibilidad de agua, temperatu-
ra y pH. Resaltando que, aún no han sido descri-