p-ISSN 2477-9113
e-ISSN 2477-9148
67
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
Volumen 38. No. 2, Noviembre 2017
Ecocardiografía avanzada: aplicación clínica actual del análisis de
deformación miocárdica y de la imagen tridimensional
Advanced echocardiography: current clinical application of the
analysis of myocardial deformation and three-dimensional image
Juan Francisco Cueva Recalde
1,2
*, Isaac Lacambra Blasco
1
1
Servicio de Cardiología, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
2
Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), Zaragoza, España
* jfcueva@salud.aragon.es
doi.org/10.26807/remcb.v38i2.550
Recibido 22-07-2016 ; Aceptado 20-01-2017
Artículo de revisión
MECÁNICA CARDÍACA: ANÁLISIS DE DE-
FORMACIÓN MIOCÁRDICA
En los últimos años se ha puesto de maniesto la nece-
sidad de trasladar el momento del diagnóstico de las
enfermedades cardiovasculares hacia estadios pre-
coces e identicar los pacientes con mínimos cam-
bios estructurales y mayores probabilidades de
remodelado inverso. Para hacer realidad este obje-
tivo se necesita un parámetro capaz de detectar los
cambios sutiles que se producen en el inicio de la
enfermedad.
En la actualidad la determinación de la fracción
de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) es el
método utilizado para medir la función sistólica, y
aunque existe gran cantidad de literatura que res-
palda esta estrategia, hay varias limitaciones en la
práctica diaria; por ejemplo, las técnicas empleadas
para calcular la FEVI utilizan fórmulas con asun-
ciones geométricas que no siempre son aplicables y
sus resultados son muy susceptibles a cambios en la
precarga, asimismo, la frecuencia cardíaca y las al-
teraciones del ritmo pueden dicultar mucho su in-
terpretación (Marwick 2012). Al hablar de contrac-
tilidad regional el escenario se complica aún más.
La correcta identicación de asimetrías regionales
requiere un proceso de entrenamiento especíco,
así como la adquisición de experiencia, ya que este
análisis es cualitativo, subjetivo y, como toda téc-
nica ecocardiográca, dependiente de la calidad de
imagen disponible.
Por todo esto es que la disponibilidad de una técni-
ca para medir la función sistólica, como el análisis
de deformación miocárdica, que sea cuantitativa,
reproducible y able, supondría un avance consi-
derable en la capacidad diagnóstica de la ecocar-
diografía actual. Para comprender este enfoque es
necesario repasar dos conceptos: la arquitectura del
ventrículo izquierdo y la transmuralidad de la en-
fermedad.
Arquitectura del ventrículo izquierdo.- El cono-
cimiento de la estructura miocárdica del ventrículo
izquierdo (VI) es fundamental para comprender el
estudio de la deformación, así como para optimizar
el análisis de los parámetros de medición (Mor-Avi et
al. 2011). Se ha descrito que los miocitos se encuen-
tran dispuestos de manera que forman dos hélices
continuas de bras, pasando de una hélice orientada
hacia la derecha en el subendocardio a una hélice
orientada hacia la izquierda en el subepicardio, lo
que ocasiona que el eje longitudinal de las bras
rote continuamente, y por consiguiente, sea distinto
en cada capa de miocardio: longitudinal (respecto
al eje del VI) en el subendocardio, circunferen-
cial en el mesocardio y oblicua en el subepicardio
(Sengupta et al. 2006). Esta distribución determina
como cada región contribuye a la mecánica miocár-
dica, por ejemplo, la deformación longitudinal se
da gracias a las bras subendocárdicas. El análisis
de la deformación de las bras según su orientación
ha permitido denir los patrones de mecánica lon-
gitudinal, circunferencial, radial y de torsión (Op-
dahl et al. 2015).
68
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
Transmuralidad de la enfermedad.- Las bras
longitudinales subendocárdicas son las más vulne-
rables y también las más sensibles a la presencia
de enfermedad, por lo tanto, su valoración permi-
tirá conseguir el objetivo de diagnóstico precoz.
Hay que tener en cuenta que la FEVI no se alte-
rará mientras las bras mesocárdicas y epicárdicas
permanezcan sin afectación, ya que las mecánicas
circunferencial y de torsión actuarán como meca-
nismo compensatorio (Duncan et al. 2014). Por
lo contrario, cuando el daño miocárdico es trans-
mural se verán afectadas todas las capas de bras,
con disminución de la mecánica longitudinal, pero
también de la circunferencial y de torsión, con el
consecuente deterioro de la FEVI.
VALORACIÓN DE LA DEFORMACIÓN
MIOCARDICA: PARÁMETROS Y DEFINI-
CIONES
A continuación, se detallan los parámetros emplea-
dos en el análisis de la mecánica miocárdica (Claus
et al. 2015) (Tabla 1).
El “strain” puede medirse como strain natural o
strain Lagrangiano; el primero se reere a la varia-
ción en la longitud respecto a un punto de referencia
Tabla 1. Parámetros de deformación miocárdica
Tabla 1. Parámetros de deformación miocárdica
Definición Parámetros
Desplazamiento (cm)
Es la distancia que se ha movido, cierta estructura, en
dos frames (fotogramas).
-Desplazamiento longitudinal
-Desplazamiento circunferencial.
-Desplazamiento radial.
Velocidad (cm/s) Es el desplazamiento en una unidad de tiempo. -Velocidad longitudinal.
-Velocidad circunferencial.
-Velocidad radial.
Strain (%)
Cambio en la longitud de una estructura dentro de un
respectivo plano y en relación a su dimensión inicial (en
telediástole).
-Strain longitudinal global/regional.
-Strain circunferencial global/regional.
-Strain radial global/regional.
Strain rate (1/s) Velocidad de deformación.
-Strain rate longitudinal global sistólico pico/diastólico
precoz/diastólico tardío.
-Strain rate circunferencial global sistólico pico/diastólico
precoz/diastólico tardío.
-Strain rate radial global sistólico pico/diastólico
precoz/diastólico tardío.
Rotación (grados, °)
Se refiere a la rotación miocárdica en relación al eje
longitudinal del VI.
-Rotación apical sistólica pico.
El ápex rota en sentido antihorario y la base en sentido
horario (ambos vistos desde el ápex).
-Rotación basal sistólica pico.
El twist se refiere a la diferencia neta de rotación entre
ápex y base.
-Twist de VI.
La torsión es el twist en relación con la longitud del
ventriculo izquierdo.
-Torsión de VI.
cambiante, según se produce la deformación; mien-
tras que el segundo hace relación a su dimensión
original, habitualmente en telediástole. Además,
una estructura al deformarse puede ganar o perder
longitud, y por convención el acortamiento se re-
gistra como negativo, mientras que el estiramiento
como positivo.
Como se observa existen múltiples parámetros
que pueden obtenerse en el análisis de deforma-
ción miocárdica, sin embargo, únicamente el strain
longitudinal global (GLS, del inglés global longi-
tudinal strain) (Kalam et al. 2014) y el strain cir-
cunferencial global (GCS, del inglés global cir-
cumferential strain), en menor medida, son los que
cuentan con la mayor evidencia disponible para su
uso en la práctica clínica.
Valores de referencia y variabilidad interprovee-
dores.- Se han publicado muchos trabajos descri-
biendo los rangos de normalidad de cada uno de los
parámetros de deformación miocárdica, así como
muchos puntos de corte que sirven como valor pro-
nóstico en distintas enfermedades. Sin embargo,
dado que en la actualidad el GLS ha alcanzado una
aceptación importante dentro de la comunidad cien-
tíca, solo proporcionaremos estos datos.
Pero al contrario de lo que podría esperar, y como
69
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
sucede con muchas otras mediciones ecocardiográ-
cas, el GLS no tiene un único punto de corte ni
rango de normalidad. Esto se debe a que cada pro-
veedor (empresa desarrolladora del equipo de eco-
cardiografía y software de análisis) ha desarrollado
un algoritmo de procesamiento de datos diferente
(Farsalinos et al. 2015, Lang et al. 2015) (Tabla 2).
Pese a lo anterior, la mayor limitación del TDI es la
dependencia del ángulo de incidencia del ultrasoni-
do, cual debe estar paralelo a la región de interés.
Se ha recomendado que este ángulo no sea mayor
a 15°. Esto hace que la adquisición de la imagen en
cada plano sea fundamental.
Se requiere análisis desde diferentes ventanas eco-
cardiográcas. Es así como desde los planos apica-
les se registrará la deformación longitudinal, mien-
tras que desde el eje corto paraesternal los planos
radial y circunferencial.
Una vez que se han adquirido las imágenes existe
la posibilidad de analizarlas ofine, este paso es lo
que se conoce como posprocesamiento. A partir de
la imagen original se obtienen distintos grácos y
curvas que permiten analizar los diferentes vectores
de deformación.
Existen otros parámetros que afectan al TDI. El
componente de movimiento de traslación del cora-
zón no se puede eliminar. Finalmente, las curvas de
strain y SR derivadas de TDI color requieren mayor
entrenamiento para su interpretación.
Speckle-Tracking.- Esta tecnología inició su desa-
rrollo hace 10 años aproximadamente. El término
speckle-tracking (ST) se reere al “seguimiento de
mota, mancha o partícula”. En la escala de grises
que conforman la imagen de ultrasonido, se obser-
van numerosas speckles creadas por la interacción
del haz de ultrasonido con estructuras de menor ta-
maño que la longitud de onda utilizada. Tras elimi-
nar señales de ruidos, el software es capaz de seguir
bloques de speckles de frame a frame (de manera
simultánea en varias zonas de la imagen), propor-
cionando información de desplazamiento, veloci-
dad y strain; el SR se calcula. En contraste con lo
que sucede con la imagen de DTI, el ST permite el
análisis de strain y SR en cualquier plano dentro de
la imagen. Adicionalmente se puede estudiar de for-
ma separada el endocardio, mesocardio o epicardio.
Para la adquisición de imágenes se requiere un fra-
me rate de entre 40-80 frames/seg. Se debe prestar
la máxima atención para incluir en el plano todas
las paredes del ventrículo izquierdo, principalmente
el ápex. Posteriormente el análisis se realiza ofine,
el primer paso es el de denir el endocardio, esto
puede hacerse manualmente o de forma automática.
La zona de análisis debe abarcar todo el miocardio
y dejar fuera el pericardio. A continuación, se ob-
serva si el tracking o seguimiento de los puntos se-
ñalados es bueno durante todo el ciclo cardíaco. Si
Tabla 2. Valores de referencia para GLS según distintos proveedores
Proveedor Software Promedio LBN
GE EchoPAC BT 12 -21,50% -18%
Philips QLAB 7.1 -18,90% -14%
Toshiba Ultra Extend -19,90% -15%
Siemens VVI -19,80% -11%
Esaote Mylab 50 -19,50% -13%
LBN: Límite bajo de normalidad. Adaptado de Lang RM et al. 2015
Tabla 2. Valores de referencia para GLS según distintos
proveedores
Recientemente se ha publicado un trabajo en el
que Farsalinos et al. (2015)., dentro de la iniciati-
va EACVI/ASE Inter-Vendor Comparison Study,
han comparado los valores de GLS obtenidos en 62
pacientes sanos en 9 equpos disponibles en el mer-
cado. Los resultados dirieron en 3 % en el GLS,
mientras que la variabilidad intra e interobservador
fueron menores que las reportadas para otros pará-
metros como la FEVI.
TÉCNICAS
Imagen de Doppler Tisular / Doppler Tissue
Imaging (TDI).- La técnica de TDI se base en los
mismos principios que el Doppler pulsado y el Do-
ppler color, con la diferencia que se aplican ltros
de paso bajos para adaptarse a la menor velocidad
que alcanza el tejido (miocardio). El objetivo es el
de seguir el movimiento tisular. El TDI color cal-
cula de manera primaria el strain rate (SR) relacio-
nando el gradiente de velocidad y el cambio de lon-
gitud, a partir de aquí el strain se determina como
una integral.
Para la adquisición de imágenes de DTI se deben
tomar en cuenta ciertos aspectos. Se recomienda
una alta tasa de fotogramas/segundo (frame rate) >
100 frames/seg; esto se debe acompañar de ajustes
con reducción de la profundidad y anchura del sec-
tor. Posteriormente se ajusta la escala de velocidad
para evitar aliasing en cualquier zona del miocar-
dio. Se guardan bucles de al menos 3 latidos. Todas
las imágenes deben tener un FC similar.
70
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
aceptamos el tracking, obtendremos los valores de
strain deseados (pico, pico en telesístole, etc.) en el
plano analizado.
El tiempo en el que medimos el strain también pue-
de variar, el software usa como referencia el cierre
de la válvula aórtica, por lo que se deben evitar ex-
cesivas variaciones en la FC para obtener un inter-
valo R-R constante. Para obtener el GLS debemos
obtener el strain longitudinal de todos los segmen-
tos miocárdicos, analizando las caras anterolateral
e inferoseptal en el plano de 4C, las caras anterior
e inferior en el plano de 2C y las caras inferolateral
y anteroseptal en el plano de 3C (Figura 1). Esta
información se obtiene en datos numéricos, pero es
de gran utilidad representarla en un esquema de ojo
de buey (bull´s eye), el cual permite visualizar las
APLICACIONES DEL ANÁLISIS DE DEFOR-
MACIÓN MIOCÁRDICA
Insuciencia cardíaca con FEVI deprimida.- La
utilidad del análisis de deformación miocárdica en
los pacientes con IC con FEVI reducida (ICFEr) se
ha estudiado desde hace varios años. Stanton et.al.,
compararon el factor pronóstico de la FEVI, el pun-
taje de movilidad miocárdica (WMSI, del inglés
wall motion score index) y el valor de GLS medi-
do por ST; tras analizar 546 pacientes concluyeron
que el GLS tiene una capacidad predictiva superior,
para mortalidad total, que FEVI y WMSI (Stanton
et al. 2009). Posteriormente, en un trabajo con 125
pacientes sintomáticos con IC, Nahum et.al. (2010),
obtuvieron resultados similares al comprobar que
únicamente el GLS por ST conservaba su valor
Figura 1. Análisis de strain mediante speckle-tracking. Imagen apical de 2 cavidades, en el que se muestran las caras
anterior e inferior del ventrículo izquierdo, cada una con sus segmentos basal, medio y apical (AB, AM, AA, IB, IM
e IA). Las cifras reejan el valor de strain longitudinal de cada región. Estos valores se codican según la escala de
colores.
zonas afectadas de mejor manera (Figura 2).
La principal limitación del ST es el seguimiento in-
adecuado, el cual está en estrecha relación con la
calidad de la imagen. De igual manera, y debido a
la dependencia del ST de una alta resolución espa-
cial, su capacidad de análisis será menor en pacien-
tes con taquicardia; escenario en el cual el DTI es
mejor.
predictivo para eventos cardíacos adversos, tras el
análisis multivariable. De forma más reciente, Mo-
toki et.al., encontraron relación entre GLS por ST y
disfunción diastólica de VI y disfunción sistólica y
diastólica de ventrículo derecho (VD); al igual que
los estudios previos, el valor predictivo del GLS
para eventos adversos mayores se mantuvo tras el
análisis multivariable (Motoki et al. 2012).
71
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
Figura 2. Análisis de strain mediante speckle-tracking, esquema de bull´s eye. Se representan todos los segmentos
del miocardio y se muestran los valores de strain longitudinal, tanto numéricamente como con escala de colores. En
amarillo se proporcionan los datos de strain/deformidad longitudinal en cada imagen apical de 4, 2 y 3 cavidades,
y el cálculo automático del GLS. Adicionalmente se observan los datos del cálculo de las dimensiones y función del
ventrículo izquierdo por el método biplano (VTD: volumen telediastólico, VTS: volumen telesistólico, FE: fracción de
eyección, FC: frecuencia cardiaca).
Hace pocos meses se han publicado los resultados
del trabajo con mayor número de pacientes que se
ha realizado hasta el momento en lo referente a pa-
cientes con ICFEr y GLS. Sengelov et.al. han estu-
diado a 1065 pacientes (FEVI < 45 %) durante 40
meses, tras los cuales concluyen que el GSL es un
factor predictor de mortalidad por todas las causas,
especialmente en hombres sin brilación auricular;
esto tras ajustar por muchas y distintas variables de-
mográcas y clínicas (Sengelov et al. 2015).
Insuciencia cardíaca con FEVI preservada.- En
los últimos años se han publicado varios trabajos
con resultados negativos en el campo del tratamien-
to de la insuciencia cardíaca con FEVI preservada
(ICFEp), lo que demuestra el escenario tan comple-
jo de esta patología. En lo referente al diagnóstico
y pronóstico no existen muchas diferencias. En un
subanálisis del estudio PARAMOUNT con 219 pa-
cientes se demostró que los pacientes con ICFEp
muestran valores reducidos de strain longitudinal
y strain circunferencial (Kraigher-krainer et al.
2014).
Pero ha sido en este último año en el que se ha co-
nocido el estudio con “mejores” resultados en este
tema, el estudio TOPCAT; y este se ha trasladado
también al campo del pronóstico. Shah et.al., deter-
minaron el strain longitudinal (en 4C y 2C, no GLS)
en 447 pacientes de este estudio y los siguieron du-
rante 2,6 años. El 15,8 % presentaron alteraciones
en los valores de strain, y este fue el principal y más
potente predictor del objetivo primario compuesto
(mortalidad cardiovascular, hospitalización por IC
y parada cardiorrespiratoria recuperada). Al combi-
nar strain con otros parámetros como masa de VI
y relación E/e´ se logró identicar a los pacientes
con peor pronóstico. Adicionalmente hubo una ten-
dencia a la mejoría de las cifras de strain tras el
tratamiento con espironolactona (Shah et al. 2015).
Cardiopatía isquémica.- El ecocardiograma es
una herramienta fundamental durante toda la his-
toria natural de la enfermedad coronaria, tanto en
la fase aguda sirviendo como apoyo diagnóstico y
detectando complicaciones, como en la fase crónica
deniendo las consecuencias del evento isquémico
para determinar pronóstico, implementar el mejor
tratamiento posible y decidir la indicación de revas-
cularización (Mada et al. 2014).
Pese a proporcionar tanta información, el análisis
de las alteraciones segmentarias continúa siendo
subjetivo, basándose en una habilidad que deman-
da mucho entrenamiento, destreza y experiencia; es
sin duda una de las competencias más difícil de ad-
quirir. En este escenario los parámetros de deforma-
ción miocárdica pueden representar una alternativa
objetiva y cuanticable.
72
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
La isquemia produce diferencias regionales en la
función miocárdica, especícamente reduce la am-
plitud de la deformación y retrasa el inicio de la ac-
tivación (produciéndose tras el cierre de la válvula
aórtica). Es por esto que el parámetro más útil es el
“acortamiento postsistólico”.
Técnicamente se compara el strain pico sistóli-
co (antes del cierre de la válvula aórtica) con el
strain postsistólico (al menos 90mseg después del
cierre de la válvula aórtica), se considera patológico
cuando este último representa > 20 % del primero
(Asanuma y Nakatani 2015). Para el estudio basal
se pueden emplear tanto ST como TDI; sin embar-
go, para pruebas de inducción de isquemia es mejor
la imagen por TDI debido a su mayor resolución
temporal.
Valvulopatías.- En el ámbito de las enfermedades
valvulares, la valoración de la función sistólica es
de mucha importancia, las guías de práctica clínica
vigentes recomiendan sustitución valvular en fun-
ción de los síntomas y de valores de FEVI, con las
limitaciones que puede tener este método. Es por
eso que el uso del strain puede suponer un avance
hacia el diagnóstico precoz, ya que su variación con
los cambios de precarga y poscarga es menor (Galli
et al. 2014).
Insuciencia mitral.- En los pacientes con insu-
ciencia mitral (IM) primaria, las guías europeas re-
comiendan cirugía en pacientes asintomáticos con
FEVI<60 % o con diámetro telesistólico de VI >
45mm (Vahanian et al. 2012). La FEVI es un pre-
dictor potente de disfunción sistólica posquirúrgica
con la consiguiente morbimortalidad, sin embargo,
existen casos de deterioro severo de la FEVI en pa-
cientes con valores prequirúrgicos normales. Esto
último es más preocupante cuando sabemos que la
FEVI se suele sobrestimar en pacientes con IM.
De lo anterior podemos intuir la importancia de la
detección de disfunción miocárdica subclínica, y
solo de esta manera se remitirá a los pacientes al
tratamiento quirúrgico de manera oportuna; caso
contrario se estarán sometiendo a procedimientos
de riesgo que probablemente tengan un benecio
potencial limitado.
Lancellotti et.al. (2008) demostraron que el GLS
basal y en pico de ejercicio fueron predictores de
FEVI < 50 % en el posquirúrgico. El umbral pro-
nóstico fue un valor de GLS basal de -18 %. Adi-
cionalmente, Magne et.al. (2014) estudiaron a 115
pacientes con IM al menos moderada sin disfunción
sistólica, con ecocardiograma de esfuerzo midiendo
los cambios en FEVI y GLS. Un aumento de 4 %
en el valor de la FEVI no modicó el pronóstico
de los pacientes, al contrario de lo que sucedió con
el incremento de 2 % en el GLS, los pacientes sin
reserva contráctil por cualquiera de los dos méto-
dos presentaron el doble de eventos cardíacos. Esta
discrepancia se explica por la dependencia de la
FEVI con las condiciones de carga, que a su vez se
relaciona por el cambio en la severidad de la IM du-
rante el esfuerzo. Se han propuesto algoritmos diag-
nósticos y de pronóstico que incluyen ya al GLS
(Galli et al. 2014).
Estenosis aórtica.- Al igual que en la IM, las guías
europeas recomiendan cirugía en los pacientes
con estenosis aórtica (EA) severa y FEVI < 50%
(Vahanian et al. 2012). Latte et.al. estudiaron a
65 pacientes asintomáticos con EA severa demos-
trando que estos presentaban valores más bajos de
GLS respecto a los controles, la diferencia es más
pronunciada en los segmentos basales (Latte et
al. 2009). Tal vez el estudio de Weidemann et.al.,
sea el que ponga más de maniesto la utilidad del
strain, estos autores estudiaron a 58 pacientes con
EA severa sintomática sin otras cardiopatías conco-
mitantes, les realizaron ecocardiograma y resonan-
cia magnética cardíaca (RMC) antes de la cirugía
determinando el strain longitudinal y el realce tar-
dío de gadolinio como marcador de brosis. Du-
rante la cirugía se tomaron biopsias para cuanti-
car la brosis de forma histológica. Tras 9 meses
se repitió la RMC y se comprobó que aquellos pa-
cientes con mayor grado de brosis en la biopsia no
mostraron remodelado inverso (con desaparición
del realce tardío) en comparación con aquellos
con menos cambios histológicos, quienes además
mostraron mejoría en la clase funcional. El strain
longitudinal fue el único parámetro capaz de dife-
renciar a los pacientes que tendrían peor pronóstico
(Weidemann et al. 2009).
Cardiotoxicidad.- La disfunción cardíaca secun-
daria a la administración de antraciclinas se conoce
desde los años 1960 cuando se introdujo este fár-
maco en el tratamiento de las enfermedades neo-
plásicas (Plana et al. 2014, Thavendiranathan et al.
2014). Los efectos adversos de estos medicamentos
pueden producirse según uno de los siguientes pa-
trones: Tipo 1: la forma típica de presentación de las
antraciclinas (doxorrubicina), es dosis dependiente
y genera apoptosis en los miocitos, es irreversible;
y Tipo 2: típico del trastuzumab, no se relaciona
con la dosis, no induce apoptosis por lo que es re-
versible tras la interrupción del fármaco.
73
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
Actualmente se dene la cardiotoxicidad en térmi-
nos de cambios en FEVI con un descenso mayor
al 10 % de su valor basal siendo menor de 53 %
(Plana et al. 2014, Thavendiranathan et al. 2014).
Al igual que en otras patologías, el deterioro de la
FEVI puede detectarse una vez se ha establecido
el daño celular. Por este motivo se han multiplica-
do las publicaciones referentes a la detección de
daño miocárdico subclínico mediante deformación
miocárdica. En estos trabajos se ha reportado que
la disminución de los valores de strain longitudinal
siempre precede al descenso de la FEVI, y en otros
casos es la única evidencia de disfunción sistólica.
En promedio la magnitud del descenso de strain
longitudinal se sitúa entre el 10 % y 20 %. Negishi
et.al. (2013) encontraron que un descenso del 11 %
del valor de GLS respecto al basal a los 6 meses
postratamiento fue el principal predictor de cardio-
toxicidad a los 12 meses, con una sensibilidad del
65 % y especicidad del 94 %. Finalmente conclu-
yeron que, aplicando un intervalo de conanza de
95 %, cambios < 8 % de GLS no son clínicamente
relevantes, mientras que los pacientes con descenso
> 15 % de GLS respecto al basal tienen altas proba-
bilidades de presentar cardiotoxicidad. Se conside-
ra que la mejor estrategia es la del cambio de GLS
respecto su valor basal, algunos estudios han inten-
tado denir valores absolutos de GLS en aquellos
pacientes sin estudio previo, sin embargo, no se han
conseguido resultados ables.
El documento de consenso de la Sociedad Euro-
pea de Cardiología (Plana et al. 2014) recomienda
que tras detectarse un descenso > 15 % de GLS el
paciente sea referido para valoración cardiológica
para que se discuta acerca del benecio de conti-
nuar con el tratamiento antineoplásico o bien para
iniciar medicamentos cardioprotectores.
Miocardiopatía hipertróca.- Los mismos bene-
cios citados previamente aplican para la utilización
de la deformación miocárdica en la miocardiopatía
hipertróca. La FEVI puede encontrarse normal o
en rango superior debido a la reducción del tamaño
de la cavidad ventricular y a que la deformación ra-
dial está incrementada para compensar la reducción
de la deformación longitudinal (Cardim et al. 2015).
Un valor inferior a 4 cm/s de velocidad sistólica en
el anillo lateral mitral, medido por DTI, se ha aso-
ciado a peor pronóstico clínico. De la misma mane-
ra valores regionales de strain longitudinal > -10 %
en los segmentos septales se han relacionado con
mayor susceptibilidad de arritmias ventriculares. El
strain circunferencial ha dado resultados contradic-
torios, ya que puede encontrarse disminuido como
consecuencia de una afectación de toda la pared
miocárdica, o bien aumentado como mecanismo
compensador del deterioro de la deformación lon-
gitudinal. Adicionalmente permite diferenciar entre
hipertroa patológica e hipertroa siológica como
la que presenta el corazón del atleta, el cual tendrá
valores normales de GLS.
Amiloidosis.- El patrón de afectación producido
por esta enfermedad puede ser difícil de diferenciar
de otros patrones de hipertroa. El uso de strain
permite observa una afectación de todas las capas
de la pared miocárdica, ya que todos los paráme-
tros de deformación se encuentras reducidos (lon-
gitudinal, circunferencial y radial). Además, se ha
observado una relativa preservación de los valores
de strain longitudinal en los segmentos apicales,
generando un gradiente apical/basal > 2,1 (Koyama
et al. 2015).
Ventrículo derecho.- La valoración del VD repre-
senta una dicultad debido a su forma y a la calidad
de imagen obtenida. El estudio del strain longitudi-
nal de la pared libre ha dado resultados alentadores
en distintos escenarios como: cardiopatías congéni-
tas, postquirúrgico de reparaciones de tetralogía de
Fallot, tromboembolismo pulmonar, hipertensión
pulmonar primaria y displasia arritmogénica del
VD (Claus et al. 2015). No existen valores de re-
ferencia en las guías de cuanticación (Lang et al.
2015).
Aurícula izquierda.- Se considera que se encuen-
tra aún en fase de herramienta de investigación,
pero ya existen trabajos que demuestran su poten-
cial utilidad para la medición de la función auricu-
lar y de las presiones de llenado (Claus et al. 2015).
ECOCARDIOGRAFIA TRIDIMENSIONAL
Es evidente pensar que la mejor manera de valorar
una estructura tridimensional como el corazón, es
precisamente, un método de imagen tridimensional;
sin embargo, el desarrollo tecnológico necesario se
ha alcanzado en los últimos 10-15 años aproxima-
damente. La llegada de los nuevos transductores
generadores de matriz de muestreo completo (full
sampled matrix-array) ha requerido un gran avance
tanto en hardware como en software, ya que estos
se componen de más de 3000 elementos piezoeléc-
tricos de distintas frecuencias (Lang et al. 2012).
Aun así, en la actualidad existen limitaciones res-
pecto a esta herramienta y se puede decir que sus
principales ventajas se encuentran en (1) la valo-
74
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
ración de volúmenes y masa del VI, (2) valoración
de asimetrías regionales de la contractilidad y asin-
cronía, (3) valoración anatómica/estructural de las
válvulas cardíacas, (4) evaluación de insuciencias
valvulares y cortocircuitos y (5) ecocardiografía de
estrés (Mor-Avi et al. 2012).
Adquisición de Imágenes.- Existen varias modali-
dades de adquisición:
- Tiempo real (Live 3D).- Se obtiene un volumen
parcial de tamaño limitado (grosor y profundidad)
que permitan trabajar con una mayor resolución
temporal. No se afecta por la presencia de arritmias
o movimiento del paciente. Se utiliza para la guía
de procedimientos intervencionistas. Se puede aña-
dir Doppler color.
- Zoom 3D.- Se obtiene un volumen de datos de una
zona concreta del corazón. Cuando se adquieren
varios volúmenes parciales aumenta la resolución
espacial y temporal permitiendo una mayor deni-
ción anatómica; sin embargo, también aumenta la
probabilidad de tener artefacto de emparejamiento
o stitching, el cual se produce al juntar las imágenes
obtenidas en cada latido; esto es más relevante en
pacientes con arritmias o con cambios rápidos de
contractilidad como en el ecocardiograma de estrés
(Yang et al. 2008).
- Volumen completo.- Se obtiene una pirámide de
datos de mayor tamaño que permite analizar una
estructura completa. Requiere excelente trazado de
ECG y apnea. También será susceptible de artefac-
to de emparejamiento, pero, además, mientras más
latidos se empleen para la obtención de la imagen,
mayor será la resolución espacial y temporal. En
esta modalidad se puede añadir Doppler color para
realizar el análisis de ujos, siempre que se asegure
una alta resolución temporal.
Procesamiento.- Una vez se han adquirido los da-
tos es necesario realizar varios pasos para obtener
y optimizar la imagen requerida. El primer paso es
el cropping o corte, al tener un modelo tridimensio-
nal es necesario “exponer” la estructura de interés y
desde la perspectiva deseada. Así por ejemplo para
visualizar el septo interventricular, es necesario cor-
Figura 3. Formatos de representación de imágenes 3D. A: representación de volumen; B: representación de super-
cie (en este caso del ventrículo izquierdo con sus caras Anterior, Inferior, Septal y Lateral); C: cortes en 2D.
75
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
tar la pared libre del VD o del VI para poder acce-
der. Esta parte del procesamiento puede realizarse
durante o después de la adquisición de los datos en
el paciente. A continuación, y según la indicación
clínica del estudio, se selecciona el formato de vi-
sualización. Existen 3 tipos básicos: representación
de volumen (volume rendering), representación de
supercie (surface rendering) y cortes tomográ-
cos 2D (Lang et al. 2012) (Figura 3).
Doppler color.- Posteriormente se puede añadir
Doppler color para obtener información de ujos y
función valvular. En este aspecto la imagen adqui-
rida mediante ecocardiografía transesofágica (ETE)
es superior a la ecografía transtorácica (ETT). De
forma similar, la adquisición de volúmenes par-
ciales obtiene mayor resolución temporal con la
limitación de los artefactos de stitching; puede ser
que el método de volumen completo no ofrezca la
resolución temporal necesaria (Lang et al. 2012)
(Figura 4).
Protocolo de estudio.- En la actualidad de la prác-
tica clínica en muy pocas ocasiones se realiza un
estudio tridimensional de todas las estructuras car-
díacas, lo habitual es realizar el estudio 2D (ETT/
ETE) y posteriormente enfocar el examen 3D a la
estructura de interés.
Aplicaciones
Ventrículo izquierdo: cuanticación de volúme-
nes y función sistólica.- El diagnóstico y pronós-
tico de la gran mayoría de cardiopatías se basan en
la cuanticación del tamaño y función del VI. La
ecocardiografía 2D tiene limitaciones como la uti-
lización de fórmulas geométricas que no siempre
coinciden con la morfología de la cavidad o el acor-
tamiento apical del VI o foreshortening. Por este
motivo es posible que la valoración del VI sea la
aplicación del ETT 3D que más pueda trasladarse
a la práctica clínica del día a día (Marwick 2012).
Para la medición de volúmenes se puede optar entre
Figura 4. Imagen de ETT 3D con Doppler color. Jet de insuciencia mitral (IM) visto desde la aurícula izquierda
(AI) en ETE3D, se muestra el volumen tras el proceso de cropping necesario para ver las estructuras de interés. VI:
ventrículo izquierdo, VM: válvula mitral.
76
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
dos aproximaciones: el uso del transductor 3D para
la selección de 2 planos verdaderamente ortogo-
nales (evitando el foreshortening) con la posterior
aplicación del método biplano convencional o el
cálculo directo del volumen en un set de datos 3D
completo (Figura 5).
Cualquiera que sea la aproximación escogida se ha
demostrado que los valores obtenidos por ETT 3D
son más reproducibles, lo que facilita el seguimien-
to clínico de los pacientes, así como su respuesta al
tratamiento. De igual manera se ha visto que tienen
mayor concordancia que el ETT 2D, con respecto
al patrón de oro de la resonancia magnética cardia-
ca (RMC), aunque con infraestimación de las cavi-
dades. Adicionalmente, al compararlos con el ETT
2D, los cálculos tridimensionales obtienen valores
mayores (Lang et al. 2015).
Hasta el año anterior no se contaba con valores de
referencia estandarizados por las guías de práctica
clínica. El documento conjunto de las sociedades
europeas y americanas sobre la cuanticación de
cavidades (Lang et al. 2015) recomienda los si-
guientes puntos de corte para los valores indexados:
volumen telediastólico en hombres 74 mL/m2 y en
mujeres 61 mL/m2, volumen telesistólico en hom-
bres 32 mL/m2 y en mujeres 28 mL/m2.
Figura 5. Cuanticación del ventrículo izquierdo mediante ETT 3D. En los cuadrantes A, B y C se observa la iden-
ticación automática del endocardio en los planos apical de 4 cavidades, 2 cavidades y eje corto, respectivamente. En
el cuadrante D se observa la representación de supercie..
Estas recomendaciones se basan principalmente en
el estudio de Chahal et.al., que realizaron ETT 3D
a 978 personas sanas en el Reino Unido, en una po-
blación que incluía sujetos blancos e hindúes entre
35 y 75 años. Se obtuvieron imágenes de calidad
suciente para el análisis en el 89%. Sus resulta-
dos mostraron que el ETT 2D infraestima los vo-
lúmenes del VI, pero sin diferir en FEVI. De igual
manera se evidenció la inuencia de la etnia en los
rangos de normalidad (Chahal et al. 2012).
En lo que respecta a la valoración de la FEVI, las
guías de cuanticación de cavidades dan el mismo
valor a las mediciones por 2D que por 3D, con los
mismos rangos (Lang et al. 2015).
Ventrículo izquierdo: masa del ventrículo iz-
quierdo.- El ETT 3D es la única técnica que mide
directamente el volumen del miocardio, ya que los
métodos lineales o de 2D utilizan fórmulas geomé-
tricas. Esto es más relevante en pacientes con hi-
pertroa septal asimétrica, ya que puede llevar a
supra o infraestimaciones; en estos casos el ETT
3D representa una clara ventaja. Sin embargo, en
las guías de cuanticación (Lang et al. 2015) no se
recomienda el uso sistemático del ETT 3D debido a
que los estudios que han explorado los valores nor-
males en la población aún son limitados.
77
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
Ventrículo izquierdo: Asincronía.- Se base en la
comparación del mínimo volumen regional (máxi-
ma contracción) respecto al tiempo; en un ventrícu-
lo normal todos los segmentos alcanzan el volumen
mínimo a la vez, sin embargo, ante la presencia de
asincronía existe dispersión en el tiempo y se pue-
de calcular ese retraso. Estos datos se presentan en
curvas y en esquemas bull´s eye, además permi-
ten crear un índice de asincronía sistólica (systolic
dyssynchrony index - SDI) en función de la desvia-
ción estándar del retraso (Lang et al. 2012). Existen
pequeños estudios que han demostrado cierto bene-
cio pronóstico en pacientes que han sido someti-
dos a terapia de resincronización cardíaca.
Ecocardiografía de estrés.- Existen muchos datos
publicados de la utilidad del ETT 3D en pruebas
de estrés con ejercicio o fármacos, con valores ade-
cuados de sensibilidad y especicidad. Las princi-
pales ventajas son la mejor visualización del ápex,
la rapidez con las que se adquieren las imágenes
en el pico de estrés y la capacidad de analizar los
segmentos desde distintos planos a partir del mismo
set de imágenes. El principal problema es la menor
resolución espacial. La capacidad del transductor
de registrar 2 o 3 planos de forma simultánea es lo
que reduce los tiempos de adquisición. De forma
alternativa se puede adquirir el volumen completo
de datos de 3D para posteriormente procesarlos y
comparar los segmentos en el plano necesario. El
análisis de la contractilidad segmentario se realiza
desplegando las imágenes en los planos convencio-
nales 2D o bien de cortes tomográcos de eje corto,
durante las distintas fases.
Válvula mitral.- La valoración de la compleja ana-
tomía y función mitral se realiza con imágenes ad-
quiridas en el modo zoom, lo que permite utilizar
la máxima resolución temporal y espacial (Quader
et al. 2014, Buck y Plitch 2015). El mayor avance
respecto a las técnicas 2D, es la posibilidad de ob-
servar la válvula desde una perspectiva frontal, bien
desde el VI o desde la aurícula izquierda (AI). Esta
última es la denominada “vista de cirujano” ya que
es la misma que se tiene cuando durante la cirugía
se abre la AI.
Adicionalmente con el proceso de cropping se pue-
den obtener cualquier plano de la válvula mitral,
convencional o no convencional, los cuales pueden
ser necesarios para la valoración del aparato sub-
valvular (cuerdas tendinosas), masas o prolapso de
festones (Figura 6).
Figura 6. Imagen de la válvula mitral. Imagen de la válvula mitral (VM) mediante ETE 3D. A: se muestra la recons-
trucción tridimensional tras realizar cropping a nivel del tracto de salida del ventrículo izquierdo. B y C: se muestran
los planos 2D ortogonales en un paciente con prolapso del velo posterior. Ao: Aorta, AI: aurñicula izquierda, VI: ven-
trículo izquierdo.
78
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
Figura 7. Reconstrucción 3D del anillo mitral. Reconstrucción tridimensional del anillo mitral en la misma paciente
que la Figura 6. Se observa prolapso del velo posterior a nivel del festón P2. Además del análisis visual, el soware
proporciona valores de diámetro, angulación y cuanticación del volumen prolapsado (entre otros). A: anterior, AL:
comisura mitral anterolateral, Ao: aorta, P: posterior, PM: comisura mitral posteromedial.
La valoración del anillo mitral es única de la eco-
cardiografía 3D, ya que su forma hiperbólica im-
pide que sea visualizada por medio de 2D. La re-
construcción del anillo ofrece datos de su tamaño
(diámetro), forma y orientación exacta. Esta infor-
mación facilita la valoración prequirúrgica, inclu-
yendo la factibilidad de la reparación y la elección
del tipo y tamaño de anillo de valvuloplastia
(Figura 7).
Las aplicaciones de esta técnica en la patología mi-
tral son muchas, incluyendo la valoración del grado
y extensión de afectación estructural: enfermedad
mixomatosa, degenerativa, masas, vegetaciones
o alteraciones congénitas como clefts/hendiduras.
Las prótesis valvulares se visualizan mejor con
ETE 3D, lo que mejora el diagnóstico de leaks o
fugas paravalvulares.
En lo que respecta a la cuanticación de la estenosis
mitral, las imágenes 3D posibilitan obtener el plano
más apical de la apertura valvular, midiendo de for-
ma precisa el área valvular mitral, y superando a la
planimetría 2D que sobrestima este valor.
De igual manera la medición de la vena contracta,
mediante ETT/ETE 3D, en casos de regurgitación
mitral ha supuesto un avance signicativo en el ob-
jetivo de cuanticar la severidad de esta entidad, ya
que se ha comprobado que no tiene forma circular,
sino elipsoide, especialmente en IM funcional. De
igual manera se puede medir el área PISA, la cual
en muchos casos no es hemisférica.
Válvula aórtica.- Las técnicas 3D permite la visua-
lización de la válvula aórtica desde su cara aórtica o
ventricular, así como a través de cualquier plano de
corte. Para la identicación de masas/vegetaciones
la vista desde el VI es de mayor utilidad, mientras
que para el estudio morfológico y estructural se pre-
ere el plano obtenido desde la aorta (Shiota 2014).
Se ha comprobado que el ETT 2D infraestima el
área del TSVI, ya que se calcula presumiendo una
estructura circular. El ETT/ETE 3D proporcionan
una visión más real. De lo anterior se deduce que el
cálculo del área valvular aórtica, derivada de estos
valores, es más exacto, mejorando así la evalua-
ción de la severidad de la valvulopatía (Jánosi et
al. 2014).
79
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
En la actualidad el implante percutáneo de pró-
tesis aórticas se ha consolidado como técnica de
elección para el tratamiento de pacientes con alto
riesgo quirúrgico o inoperables. En estos casos se
requiere determinar las dimensiones del anillo val-
vular y la raíz aórtica con el objetivo de seleccionar
el modelo y tamaño del dispositivo. Otra medida
requerida es la distancia desde el anillo aórtico a la
salida de las coronarias, parámetro de seguridad del
procedimiento. De igual manera se debe evaluar la
severidad y localización de la calcicación en las
cúspides, que es un dato que se relaciona con el
éxito del procedimiento. Aunque es factible realizar
esta valoración mediante ETE3D, en la actualidad
la técnica de elección es el TC cardíaco, ya que va-
rios estudios demuestran que presenta una infraesti-
mación del anillo de hasta el 10 % (Ng et al. 2010).
Por último, las mismas ventajas señaladas para el
estudio de la IM pueden aplicar para la regurgita-
ción aórtica.
Ventrículo derecho.- La anatomía del VD es com-
pleja y constituye el factor limitante para su va-
loración. La imagen 3D ha permitido desarrollar
software especíco que mediante la detección au-
tomática del borde endocárdico calcula la fracción
de eyección del VD (FEVD) (Kossaify 2015). Las
guías de cuanticación de cavidades (Lang et al.
2015) recomiendan que su uso sea limitado a cen-
tros con experiencia y proponen un valor de corte
de 45 % como límite inferior de la normalidad.
Cardiopatía estructural.- Los planos adquiridos
permiten una visualización única de patologías
como comunicación interauricular, comunicación
interventricular o complicaciones mecánicas del
infarto de miocardio como la rotura de músculo pa-
pilar, (Figuras 8 y 9).
Figura 8. Imagen 3D de CIA Reconstrucción tridimensional del anillo mitral en la misma paciente que la Figura 6. Se
observa prolapso del velo posterior a nivel del festón P2. Además del análisis visual, el soware proporciona valores de
diámetro, angulación y cuanticación del volumen prolapsado (entre otros). A: anterior, AL: comisura mitral antero-
lateral, Ao: aorta, P: posterior, PM: comisura mitral posteromedial.
80
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
Figura 9. Imagen 3D de CIV. Imagen de ETE 3D. Se observa CIV (Comunicación Interventricular) desde el ventrículo
izquierdo. SIV: septo interventricular.
Figura 10. Implante de dispositivo de cierre de CIA. Imagen de ETE 3D. Se observa como el dispositivo ha atravesa-
do el septo interauricular (SIA) desde la aurícula derecha (AD) y se encuentra en la aurícula izquierda (AI).
Guía en intervencionismo cardíaco.- En los últi-
mos años se ha producido un gran aumento en los
procedimientos de intervencionismo estructural
que requieren de la guía de la imagen, entre ellos se
encuentran: cierre de orejuela izquierda, cierre de
defectos del septo interauricular, reparación de vál-
vula mitral (MitraClip®), cierre de leaks paravalvu-
lares y punción trans-septal. Adicionalmente existe
otros procedimientos como el implante de prótesis
valvulares aórticas (TAVI) o valvuloplastias que
pueden necesitar apoyo en casos seleccionados. Y
por si fuera poco están en desarrollo nuevas técni-
cas para abordar las válvulas tricúspide y pulmonar.
Cada técnica requiere de distintos planos o perspec-
tivas a lo largo del procedimiento, por lo cual la
descripción detallada de cada uno de ellos queda
fuera del objetivo de este curso. Existen documen-
tos de revisión (Faletra et al. 2014) que resumen
la utilidad de la imagen 3D para cada intervención
(Figura 10).
81
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
CONCLUSIÓN
El constante desarrollo tecnológico ha permitido in-
corporar estas técnicas ecocardiográcas a la prácti-
ca diaria. Su correcto uso se basa en el entendimien-
to de sus principios y en un adecuado protocolo de
adquisición y análisis. La utilidad y repercusiones
clínicas han quedado ampliamente demostradas en
algunas patologías, mientras que en otras es necesa-
rio ser prudente e integrar estos nuevos datos en un
contexto más amplio durante el proceso de toma de
decisiones. Ambas técnicas representan un campo
para investigación, sobre todo, en la búsqueda del
impacto de estas determinaciones en términos de
morbilidad y mortalidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Asanuma T, Nakatani S. 2015. Myocardial ischae-
mia and post-systolic shortening. Heart.
101(7):509-516.
Buck T, Plicht B. (2015). Real-Time Three-Di-
mensional Echocardiographic Assessment
of Severity of Mitral Regurgitation Using
Proximal Isovelocity Surface Area and
Vena Contracta Area Method. Lessons We
Learned and Clinical Implications. Curr
Cardiovasc Imaging Rep. 8(10):38.
Cardim N, Galderisi M, Edvardsen T, Plein S, Po-
pescu BA, D´Andrea A, Bruder O, Cosyns
B, Davin L, Donal E, et al. (2015). Role
of multimodality cardiac imaging in the
management of patients with hypertrophic
cardiomyopathy : an expert consensus of
the European Association of Cardiovascu-
lar Imaging Endorsed by the Saudi Heart
Association. Eur Heart J Cardiovasc Ima-
ging. 16(3):280.
Chahal N, Lim T, Jain P, Chambers J, Kooner J,
Senior R. (2012). Population-Based Re-
ference Values for 3D Echocardiographic
LV Volumes and Ejection Fraction. JACC
Cardiovasc Imaging. 5(12):1191-1197.
Claus P, Omar AMS, Pedrizzetti G, Sengupta PP,
Nagel E. (2015). Tissue Tracking Tech-
nology for Assessing Cardiac Mechanics-
Principles, Normal Values, and Clinical
Applications. JACC Cardiovasc Imaging.
8(12):1444-60.
Duncan AE, Alrevic A, Sessler DI, Popovic ZB,
Thomas JD. (2014). Perioperative Assess-
ment of Myocardial Deformation. Anesth
Analg. 118(3):525-44.
Faletra FF, Pedrazzini G, Pasotti E, Muzzarelli S,
Dequarti MC, Murzilli R, Schlossbauer
SA, Petrova I, Moccetti T. (2014). 3D
TEE During Catheter-Based Interventions.
JACC Cardiovasc Imaging. 7(3):292-308.
Farsalinos KE, Daraban AM, Ünlü S, Thomas JD,
Badano LP, Voigt J-U. (2015). Head-to-
Head Comparison of Global Longitudinal
Strain Measurements among Nine Diffe-
rent Vendors The EACVI/ASE Inter-Ven-
dor Comparison Study. J Am Soc Echocar-
diogr. 28(10):1171-1181.
Galli E, Lancellotti P, Sengupta PP, Donal E. (2014).
LV mechanics in mitral and aortic valve di-
seases: value of functional assessment be-
yond ejection fraction. JACC Cardiovasc
Imaging. 7(11):1151-1166.
Jánosi RA, Plicht B, Kahlert P, Eißmann M, Wen-
dt D, Jakob H, Erbel R, Buck T. (2014).
Quantitative Analysis of Aortic Valve
Stenosis and Aortic Root Dimensions by
Three-Dimensional Echocardiography in
Patients Scheduled for Transcutaneous
Aortic Valve Implantation. Curr Cardio-
vasc Imaging Rep. 7:9296.
Kalam K, Otahal P, Marwick T. (2014). Prognos-
tic implications of global LV dysfunction:
a systematic review and meta-analysis
of global longitudinal strain and ejection
fraction. Heart. 100(21):1673-1680.
Kossaify A. (2015). Echocardiographic Assessment
of the Right Ventricle, from the Conven-
tional Approach to Speckle Tracking and
Three-Dimensional Imaging, and Insights
into the “Right Way” to Explore the Forgo-
tten Chamber. Clinical Medicine Insights
Cardiology 9:65–75.
Koyama J, Ikeda S, Ikeda U. (2015). Echocar-
diographic Assessment of the Cardiac
Amyloidoses. Circ. J. 79(4):721-734.
Kraigher-krainer E, Shah AM, Gupta DK, Santos A,
Claggett B, Pieske B, Zile MR, Voors AA,
Lefkowitz MP, Packer M, et al. (2014). Im-
paired Systolic Function by Strain Imaging
82
REMCB 38 (2): 67-83, 2017
in Heart Failure With Preserved Ejection
Fraction. J Am Coll Cardiol. 63(5):447-
456.
Latte S, Perlant M, Reant P, Serri K, Douard H, De-
Maria A, Roudaut R. (2009). Impact of im-
paired myocardial deformations on exerci-
se tolerance and prognosis in patients with
asymptomatic aortic stenosis. Eur Heart J
Cardiovasc Imaging. 10(3):414-419.
Lancellotti P, Cosyns B, Zacharakis D, Attena E,
Van Camp G, Gach O, Radermecker M,
Piérard LA. (2008). Importance of Left
Ventricular Longitudinal Function and
Functional Reserve in Patients With Dege-
nerative Mitral Regurgitation: Assessment
by Two-Dimensional Speckle Tracking. J
Am Soc Echocardiogr. 21(12):1331–1336.
Lang RM, Badano LP, Tsang W, Adams DH, Agri-
cola E, Buck T, Faletra FF, Franke A, Hung
J, Pérez de Isla L, et al. (2012). EAE/ASE
Recommendations for Image Acquisition
and Display Using Three-Dimensional
Echocardiography. J Am Soc Echocardio-
gr. 25(1):3-46.
Lang RM, Badano LP, Mor-Avi V, Alalo J, Ar-
mstrong A, Ernande L, Flachskampf FA,
Foster E, Goldstein SA, Kuznetsova T,
et al. (2015). Recommendations for Car-
diac Chamber Quantication by Echocar-
diography in Adults: An Update from the
American Society of Echocardiography
and the European Association of Cardio-
vascular Imaging. J Am Soc Echocardiogr.
28(1):1-39.
Mada RO, Duchenne J, Voigt J-U. (2014). Tissue
Doppler, strain and strain rate in ischemic
heart disease “how I do it”. Cardiovasc Ul-
trasound 12(1):38.
Magne J, Mahjoub H, Dulgheru R, Pibarot P, Pie-
rard LA, Lancellotti P. (2014). Left ventri-
cular contractile reserve in asymptomatic
primary mitral regurgitation. Eur Heart J.
35(24):1608-1616.
Marwick T. (2012). Application of 3D echocardio-
graphy to everyday practice: Development
of normal ranges is step 1. JACC Cardio-
vasc Imaging 5(12):1198-1200.
Marwick T. (2012). Strain and Strain Rate Imaging -
Advanced Echocardiographic Approaches.
En: Gillam L y Otto C (eds) Advanced
Approaches in Echocardiography:84-102.
Elsevier Inc. Philadelphia.
Mor-Avi V, Lang RM, Badano LP, Belohlavek M,
Cardim N, Derumeaux G, Galderisi M,
Marwick T, Nagueh SF, Sengupta PP, et
al. (2011). Current and evolving echocar-
diographic techniques for the quantitative
evaluation of cardiac mechanics: ASE/
EAE consensus statement on methodology
and indications endorsed by the Japanese
Society of Echocardiography. Eur J Echo-
cardiogr. 12(3):167-205.
Motoki H, Borowski AG, Shrestha K, Troughton
RW, Tang WHW, Thomas JD, Klein AL.
(2012). Incremental prognostic value of as-
sessing left ventricular myocardial mecha-
nics in patients with chronic systolic heart
failure. J Am Coll Cardiol. 60(20):2074-
2081.
Nahum J, Bensaid A, Dussault C, Macron L, Clé-
mence D, Bouhemad B, Monin J-L, Ran-
de J-LD, Gueret P, Lim P. (2010). Impact
of Longitudinal Myocardial Deformation
on the Prognosis of Chronic Heart Failu-
re Patients. Circ. Cardiovasc. Imaging.
3(3):249-256.
Negishi K, Negishi T, Hare JL, Haluska BA, Plana
JC, Marwick T. (2013). Independent and
Incremental Value of Deformation Indi-
ces for Prediction of Trastuzumab-Induced
Cardiotoxicity. J. Am. Soc. Echocardiogr.
26(5):493-498.
Ng A, Delgado V, van der Kley F, Shanks M, van
de Veire N, Bertini M, Nucifora G, van
Bommel R, Tops L, de Weger A. (2009).
Comparison of Aortic Root Dimensions
and Geometries Before and After Transca-
theter Aortic Valve Implantation by 2- And
3-Dimensional Transesophageal Echo-
cardiography and Multislice Computed
Tomography. Circ Cardiovasc Imaging.
3(1):94-102.
Opdahl A, Helle-Valle T, Skulstad H, Smiseth OA.
(2015). Strain, Strain Rate, Torsion, and
Twist: Echocardiographic Evaluation.
Curr Cardiol Rep. 17(3):15.
83
Ecocardiografía avanzada: aplicaciones
Cueva y Lacambra
REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
Plana JC, Galderisi M, Barac a., Ewer MS, Ky B,
Scherrer-Crosbie M, Ganame J, Sebag I a.,
Agler D a., Badano LP, et al. (2014). Ex-
pert consensus for multimodality imaging
evaluation of adult patients during and af-
ter cancer therapy: a report from the Ame-
rican Society of Echocardiography and the
European Association of Cardiovascular
Imaging. Eur Heart J Cardiovasc Imaging.
15(10):1063-1093.
Quader N, Rigolin VH. (2014). Two and three di-
mensional echocardiography for pre-ope-
rative assessment of mitral valve regurgi-
tation. Cardiovasc. Ultrasound. 12(1):42.
Sengelov M, Jorgensen PG, Jensen JS, Bruun NE,
Olsen FJ, Fritz-hansen T, Nochioka K,
Biering-sørensen T. (2015). Global Lon-
gitudinal Strain Is a Superior Predictor of
All-Cause Mortality in Heart Failure With
Reduced Ejection Fraction. JACC Cardio-
vasc Imaging. 8(12):1351-1359.
Sengupta PP, Korinek J, Belohlavek M, Narula J,
Vannan MA, Jahangir A, Khandheria BK.
(2006). Left Ventricular Structure and
Function. J Am Coll Cardiol. 48(10):1988-
2001.
Shah AM, Claggett B, Sweitzer NK, Shah SJ,
Anand IS, Liu L, Pitt B, Pfeffer MA, So-
lomon SD. (2015). Prognostic Importance
of Impaired Systolic Function in Heart Fai-
lure With Preserved Ejection Fraction and
the Impact of Spironolactone. Circulation.
132(5):402-414.
Shiota T. (2014). Role of modern 3D echocardio-
graphy in valvular heart disease. Korean J
Intern Med. 29(6):685-702.
Stanton T, Leano R, Marwick T. (2009). Prediction
of All-Cause Mortality From Global Lon-
gitudinal Speckle Strain: Comparison With
Ejection Fraction and Wall Motion Sco-
ring. Circ Cardiovasc Imaging. 2(5):356-
364.
Thavendiranathan P, Poulin F, Lim K-D, Plana
JC, Woo A, Marwick T. (2014). Use of
Myocardial Strain Imaging by Echocar-
diography for the Early Detection of Car-
diotoxicity in Patients During and After
Cancer Chemotherapy. J Am Coll Cardiol.
63(25):2751-2568.
Vahanian A, Aleri O, Andreotti F, Antunes MJ, Ba-
rón-Esquivias G, Baumgartner H, Borger
MA, Carrel TP, De Bonis M, Evangelista
A, et al. (2012). Guidelines on the mana-
gement of valvular heart disease (version
2012). Eur Heart J. 33(19):2451–2496.
Weidemann F, Herrmann S, Störk S, Niemann M,
Frantz S, Lange V, Beer M, Gattenlöhner
S, Voelker W, Ertl G, et al. (2009). Impact
of Myocardial Fibrosis in Patients With
Symptomatic Severe Aortic Stenosis. Cir-
culation. 120(7):577-584.
Yang HS, Bansal RC, Mookadam F, Khandheria
BK, Tajik a. J, Chandrasekaran K. (2008).
Practical Guide for Three-Dimensional
Transthoracic Echocardiography Using a
Fully Sampled Matrix Array Transducer. J
Am Soc Echocardiogr. 21(9):979-989