REVISTA ECUATORIANA DE MEDICINA Y CIENCIAS BIOLÓGICAS
Volumen 39, No. 2, Noviembre 2018 e-ISSN 2477-9148
Artículo científico
Desórdenes de la película lagrimal, el mal de la mitad del mundo
Disorders of the tear film, the illness of Middle of the World
Sandra P. Buitrón
1
, Sofía C. Quiroga
2
, Gynna C. Vargas
2
, Andrea Rodríguez-Guerra
1
1
Instituto Tecnológico Superior Cordillera, Quito, Ecuador
2
Essilor Latin America and Caribbean, Inc.
Autor de correspondecia: andrea.rodriguez@cordillera.edu.ec
doi: 10.26807/remcb.v39i2.651
Recibido 02-05-2018; Aceptado 02-10-2018
RESUMEN.- El comportamiento de la película lagrimal sobre la superficie ocular depende de factores
propios del individuo, hábitos y factores externos. La combinación de estos elementos puede producir
alteraciones (ojo seco). El objetivo del estudio fue establecer la incidencia de este en personas residentes
en Quito; se ha utilizado técnicas de diagnóstico de bajo costo en consultas optométricas. Se evaluó la
cantidad y calidad con el test de Schirmer I y Test de Break Up Time a 493 individuos (44,2 % hombres
y 55,8 % mujeres). Las alteraciones de esta se clasificaron en cinco grupos: hiper-lagrimación refleja y
evaporación; hiper-lagrimación refleja; hiposecreción lagrimal; alteración de la película lagrimal por
evaporación, hiposecreción lagrimal y evaporación. El 86,6 % de la población posee alguna alteración
de la misma; hay mayor prevalencia de la alteración por evaporación. El género incide; la cantidad de
lágrima es mayor en mujeres. Sin embargo, en el ANOVA, dicha variante fue irrelevante. En cuanto a
la edad, se observó una disminución progresiva de la calidad lagrimal con el incremento de la edad. Este
estudio demuestra el alto índice de individuos con alguna alteración de la lágrima y, por lo tanto, aboga
por el aumento de investigaciones sobre esta afección en poblaciones andinas.
PALABRAS CLAVES: Break up time, hiper-lagrimación, hipo-lagrimación, Película lagrimal, Test
de Schirmer.
ABSTRACT.- The behavior of the lacrimal film on the ocular surface depends on the individual's own
characteristics, habits and external factors. The combination of these elements can produce alterations
in the lacrimal film structure (dry eye). The objective of the study was to establish the incidence of dry
eye in people living in Quito using low cost diagnosis tests in optometric consultations of primary health
care. The amount and quality of the tear film was evaluated with the Schirmer I test and the Break Up
Time test to 493 individuals (44,2 % men and 55,8 % women). The alterations of the lacrimal film were
classified into 5 groups: epiphora reflects and evaporation; epiphora reflects; lack of watery; alteration
of the lacrimal film by evaporation, lack of watery and evaporation. The 86,6 % of the population has
some dysfunction of the lacrimal film, the alteration due to evaporation was the more prevalent.
Significant differences were found by gender, in terms of the amount of tears in women and significant
differences in quality between genders, however, in the ANOVA those differences were irrelevant.
Regarding age, a progressive decrease in tear quality was observed as age increase. This study reveals
the high percentage of individuals diagnosed with some lacrimal disorder and, therefore, shows
evidences to increase more studies on this affectation in Andean populations.
KEYWORDS: Break up time, epiphora, hipo-lacrimation, lacrimal film, Test de Schirmer I.
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INTRODUCCIÓN
La película lagrimal juega un papel importante en
el mantenimiento y metabolismo corneal y
también está involucrada en la calidad de la
imagen retiniana. El estado de esta parte influye
directamente en la agudeza visual y la integridad
del epitelio corneal, cuya función es la mecánica
del lavado de restos celulares del ojo mediante el
parpadeo y los movimientos oculares (Garg et al.
2006).
La película lagrimal preocular es una delgada
película líquida que cubre la córnea y la
conjuntiva bulbar. La lágrima es una delgada
capa compuesta de agua, electrolitos,
antiproteinasas, sustancias nitrogenadas, hidratos
de carbono y esteroles que conforman la capa
acuosa, mucínica y lipídica cuyo propósito es: a)
regularizar el epitelio corneal para evitar la
presencia de aberraciones visuales que podrían
disminuir la calidad de la visión; b) nutrir la
córnea, pues este es un tejido avascular y no
puede autonutrirse, por lo que se sustenta de los
vasos sanguíneos llegados hasta el limbo
esclerocorneal y de los elementos contenidos por
la lágrima; c) eliminar cualquier organismo
externo que haya llegado a nivel ocular; d)
reaccionar ante la presencia de bacterias, gracias
a una enzima que la integra, la lisozima, la cual
destruye la pared del patógeno (Bowling 2016).
Se han establecido límites cuantitativos y
cualitativos para establecer la composición
normal de la película lagrimal. Las lágrimas
constituyen la película precorneal almacenada en
el saco conjuntival y secretada a una velocidad de
1-2 µl por minuto; su volumen líquido es de
alrededor de 5 a 10µl (Garg et al. 2006).
La alteración de las glándulas lacrimales,
afección del sistema palpebral y trastornos de la
posición de los párpados (ectropion, entropion),
se debe a múltiples factores. Algunos son
ambientales y otros fisiológicos; los hormonales
pueden ser causados por la disminución de los
niveles de andrógenos, neuro-inmunológicos, los
cuales se agravan después de los 60 años de edad.
Existen otros factores coadyuvantes:
farmacológicos, nutricionales, disgenesias
glandulares (malformaciones), inflamatorias,
tumorales y enfermedades sistémicas asociadas
con esta. Las personas que realizan sus
actividades diarias frente a dispositivos
electrónicos (computadora, teléfonos, tablets,
etc.) y /o que usan lentes de contacto por tiempo
mayor al recomendado pueden presentar, de igual
manera, alteraciones de la película lagrimal.
Factores ambientales como la exposición a clima
seco, corrientes de aire, pueden acelerar la
evaporación lagrimal generando sensación de
irritación producida por la exposición de las
terminales nerviosas de la córnea, las cuales
deberían estar hidratadas permanentemente.
Por tanto, y debido a la característica
multifactorial de la lágrima, es importante
determinar los tipos de alteración de la película
lagrimal más frecuentes en poblaciones que viven
en zonas, cuyos factores de riesgo pueden ser más
preocupantes.
Quito, ciudad andina que se encuentra a una
altura de 2 800 metros, se localiza en las
coordenadas geográficas 0°58’53’’ N y 0°41’37’’
S y entre 77°58’53’ O y 79°3’27’’ O. Se
encuentra ubicada al norte de los cantones
Rumiñahui y Mejía y al sur de la provincia de
Imbabura; al oeste limita con los cantones Pedro
Vicente Maldonado, Los Bancos y la provincia
de Santo Domingo de los Tsáchilas y al este, con
los cantones Pedro Moncayo, Cayambe y
provincia de Napo (Secretaría Ambiental DMQ
2016).
Debido a su topografía y ubicación, Quito
corresponde a una zona ecuatorial templada
donde la cantidad de lluvia varía desde zonas que
tienen precipitaciones menores a 400 mm anuales
hasta 4 500 mm (área Noreste). Las condiciones
orográficas influenciadas por la orientación de las
vertientes, relieves de alrededores de las cuencas
y la variación de la altitud en el Distrito
Metropolitano de Quito pueden constituir otro
factor dañino para la salud visual de la población
radicada en ella. (Secretaría Ambiental DMQ
2016).
Estudios realizados por Calonge y González
(2008) demostraron que los sujetos expuestos
a dos horas de ambiente adverso controlado,
aumentaban los síntomas de sequedad; lo que
altera la calidad de la película lagrimal y después
presenta signos del síndrome de ojo seco.
En el 2015, se publicó una investigación del
Instituto de Neurociencias de Alicante, en la cual
descubrieron que la proteína TRPM8 ubicada en
la superficie corneal, es el sensor encargado de
medir la hidratación de la película lagrimal sobre
la superficie del ojo; estas terminales son las
encargadas de corregir los desequilibrios; en caso
de existir alguna alteración en esta proteína, el
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mecanismo de regulación no funcionaría y
generaría insuficiente hidratación (Prats 2015).
Se estima que entre el 30 % y 40 % de la pérdida
de funcionabilidad de la proteína TRPM8 es
debido a la edad. En cuanto a la frecuencia por
género, Santodomingo (2008) indicó que existe
una predisposición de alteraciones de la película
lagrimal más alta en las mujeres.
Versura y Campos (2009) relacionó la mayor
prevalencia de ojo seco en la mujer con la
menopausia, así como Vergés (2014) sugirió que
el uso de Terapia Hormonal Sustitutiva (THS)
incrementaba el riesgo de padecer la alteración en
un 15 % por cada 36 meses de tratamiento,
especialmente, cuando se usan estrógenos solos.
El ojo seco es un problema de salud pública por
su alta prevalencia entre los grupos de mayor
edad; según estimaciones de la oficina de censo
de los Estados Unidos (EUA), en el periodo entre
2000 y 2050, las personas entre 65-85 años
incrementarían el número de síntomas de
sequedad, lagrimeo, enrojecimiento en un 33,7 %
(Schein et al. 1999). Sin embargo, la presencia de
síntomas severos de sequedad e irritación
constante y /o frecuente se pueden presentar en
personas mayores a los 40 años (Smith 2007).
Galvez et al. (2015) indica que la glándula
lagrimal tiene una máxima producción en la
segunda década de la vida, luego va decreciendo
según avanza la edad.
Con este antecedente, se evidencia el
desconocimiento del estado de la película
lagrimal de las poblaciones residentes en la
ciudad, por lo que se plantearon varias hipótesis;
preocupa el porcentaje de la población de la
ciudad de Quito, que podría sufrir alguna
alteración de la película lagrimal, además, la
diferencia de estas alteraciones tanto en el género
femenino como en el masculino; igualmente,
estas mismas frecuencias conforme a la edad de
los pacientes.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó con una muestra
seleccionada aleatoriamente en cinco zonas
estratégicas de la ciudad de Quito El condado:
Centro comercial el condado; La concepción;
Sede de optometría el Instituto Cordillera
(-0.156766; -78.48757); Iñaquito: Cruz del papa-
Parque la Carolina (-0.1830401; -78.485346);
Mariscal Sucre: Parque el Ejido (-0.209156;
-78.498611); Quitumbe: Parque el Calzado
(-0.254658; -78.527074). Se invitó a todos los
transeúntes, sin distinción de ningún tipo, a
formar parte de la investigación y se les explicó
los procedimientos que se realizarían. Los sujetos
de estudio aceptaron de manera voluntaria su
participación en el estudio mediante firma de las
historias clínicas; a través de una pequeña
entrevista, proporcionaron datos personales a los
investigadores; además, se tomaron datos de
exposición factores de riesgo que desencadene
alteraciones de la película lagrimal, antecedentes
y ntomas relacionados con la alteración objeto
de estudio. Se usaron los síntomas reportados por
los cuestionarios validados de McMonnies en
Nichols et al. (2004), cuestionario OSDI de
Schiffman et al. (2000) y Donate et al. (2002).
Se excluyeron en la investigación los sujetos
usuarios de lentes de contacto. Los
investigadores garantizaron la confidencialidad
de la información y solo se seleccionaron
aquellos pacientes que no reportaron ningún
antecedente que fuera causa probable de
alteración de la película lagrimal, como: uso de
químicos, uso de aire acondicionado, ventilador
y/o calefactor, uso del computador,
enfermedades sistémicas, medicación y hábitos
como fumar. Finalmente, la muestra se
constituyó de 493 participantes, de los cuales
fueron 218 hombres y 275 mujeres.
La población se agrupó en 7 grupos con
intervalos de 9 años (grupo 1: hasta 23 años: 296
personas, grupo 2: de 24 a 32 años: 91 personas.
grupo 3: de 33 a 41 años: 24 personas, grupo 4:
de 42 a 50 años: 27 personas; grupo 5: de 51 a 59
años: 34 personas; grupo 6: de 60 a 68 años: 13
personas; y grupo 7: de 69 a 77 años: 8 personas).
Todos los pacientes fueron sometidos a una
entrevista para abrir su historia clínica en la cual
registraron datos de filiación y la información
obtenida en los exámenes que valoraron calidad
y cantidad de lágrima.
Se utilizó el test de Schirmer I (1903), que es una
modificación del test de Koster (1900). Esta
modalidad no utiliza anestesia y permitió evaluar
la secreción total (basal y refleja) (Pinto et al.
2012). La prueba de Schirmer I tiene una
sensibilidad estadística de 47,2 % y una
especificidad del 100 % (Pinto et al. 2012).
Mediante esta prueba se controla el volumen de
agua que produce la glándula lagrimal principal y
glándulas accesorias de Krause y las de Wolfring
(Rivas et al. 2002). Se midió la producción de
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lágrimas con papel whatman n.º 4, de 5mm de
ancho y 35 mm de largo. Valores normales
reportados entre 10mm y 15mm en 5 minutos
(Morube 1977).
El Test de Break Up Time (BUT) consiste en la
aplicación del Test de Guillon y Guillon (1994),
que es una técnica descrita, originalmente, por
Norm (1969), en la cual se ofrece información
acerca de la calidad lagrimal. Mediante este Test
se determinó el tiempo desde el parpadeo hasta la
primera aparición de una zona seca en la córnea;
esto produce el adelgazamiento y rotura de la
película lagrimal, para lo cual se utilizó tiras de
fluoresceína, aplicadas directamente en la
conjuntiva bulbar inferior. Valor normal
reportado superior a 10 segundos (Velásquez
2007; Schaumberg 2007). El test de BUT tiene
una sensibilidad estadística de 77,8 %, pero una
baja especificidad de 38,9 % (Pinto et al. 2012).
Se llevaron a cabo análisis estadísticos
descriptivos de la población analizada y se
agruparon las personas según las alteraciones de
la película lagrimal. Se utilizó el programa SPSS
(v.21) y se realizó una prueba t de Student para
muestras independientes y análisis de la varianza
con un factor (ANOVA) para conocer si existían
diferencias significativas de la alteración de la
película lagrimal por edad y género.
Se determinaron las diferencias entre los
resultados del test de Schirmer I y BUT dentro de
la clasificación de alteraciones del
funcionamiento lagrimal.
RESULTADOS
Mediante el resultado de la tabla de descriptivos
de la población, se pudieron observar las medias
y desviaciones típicas de los valores en las
pruebas diagnósticas (Tabla 1).
Tabla 1. Descriptivos de las pruebas diagnósticas
(N=493)
SCHIRMER
BUT
Media
15,55
8,82
Desv. típ.
8,08
3,3
Mínimo
1
1
Máximo
35
20
Con respecto a la primera hipótesis del porcentaje
de la población que sufre alguna alteración de la
película lagrimal, en la población estudiada se
encontraron 66 pacientes de 493 (13,4 %) no
presentaron alteraciones y el resto 427 (86,6 %)
mostraron alteraciones de la película lagrimal.
La muestra de pacientes con alteración (el 86,6 %
de la muestra) se distribuyó en 5 grupos
diferentes de acuerdo a los resultados
encontrados en los test diagnósticos que
identifican los parámetros de normalidad
Schirmer de 10 mm a 15 mm y BUT > 11
segundos.
Mediante el test de Schirmer I, se determinó la
alteración de la película lagrimal por
hiposecreción del mismo o hiperlagrimeo refleja
y con el Test de Break Up Time (BUT) se
determina la alteración de la película lagrimal por
evaporación. La distribución se presentó de la
siguiente manera: Grupo I: Hiper-lagrimación
refleja y evaporación cuando el test de Schirmer
es > 16 y BUT < 10 (N = 130) (se consideró
hiper-lagrimación refleja al efecto tardío, en el
cual los pacientes se demoraban en humedecer la
tira de Schirmer y al término del tiempo del test
se produjo el lagrimeo) (Trueba y Ramón 2013);
grupo II: Hiper-lagrimación refleja cuando el test
de Schirmer es > 16 y BUT >11(N = 56); grupo
III: hiposecreción lagrimal cuando el test de
Schirmer es < 9 y BUT >11(N = 8); grupo IV:
Evaporación cuando el test de Schirmer es > 10 y
BUT < 10(N = 144); grupo V: hiposecreción
lagrimal y evaporación cuando el test de
Schirmer es < 9 y BUT < 10(N = 89).
Con los valores obtenidos en las pruebas
realizadas se clasificó la muestra en 5 grupos de
acuerdo al estado de calidad y cantidad de la
película lagrimal como se muestra en la Tabla 2.
Luego de llevar a cabo la prueba t de Student para
muestras independientes, la prueba Shimmer I
(t=2,30; p=,022) mostró diferencias
significativas en hombres y mujeres en cuanto a
la cantidad de lágrima; los hombres tuvieron
mayor producción en comparación con las
mujeres (M
mujeres
=14,80; M
hombres
= 16,50).
El test de BUT, (t = -2,15; p = ,032) mostró
diferencias significativas en hombres y mujeres
en cuanto a la calidad de la lágrima; esto se dio
con mayor incidencia en mujeres (M
mujeres
= 9,11;
M
hombres
= 8,46). Por tanto, los hombres tuvieron
mayor cantidad de lágrima que las mujeres, pero
estas tuvieron mejor calidad.
Por último, en la Figura 1 (relación de test de
Schirmer vs Edad) se muestran los grupos de
edad a los que se aplicó dos pruebas ANOVA,
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Tabla 2. Valores diagnósticos de la película
lagrimal (N=427)
Grupo
Alteración
Schirmer I
Grupo I
Hiperlagrimación
refleja y evaporación.
> 16
Grupo II
Hiperlagrimación
refleja.
> 16
Grupo III
Hiposecreción lagrimal
< 9
Grupo IV
Evaporación.
> 10
Grupo V
Falta de secreción
acuosa y evaporación.
< 9
una para cada prueba diagnóstica para demostrar
si las alteraciones de la película lagrimal
incrementarían a medida que aumente la edad. En
el caso de Schirmer I, se confirmó una
disminución en la cantidad de lágrima de forma
progresiva y, estadísticamente, significativa a
medida del incremento de la edad con (F= 11,75;
p= ,000) En cuanto al test BUT, no se encontraron
diferencias significativas (F = 1,31; p = ,34).
DISCUSIÓN
En este estudio se reportó que la mayoría de la
población (86,6 %) padece alguna forma de
alteración de la película lagrimal o de ojo seco;
estos datos se asemejan al porcentaje de
alteraciones reportado en investigaciones
realizadas en España (Viso 2008), en el cual se
reportó un 69 % de mujeres y un 31 % de
hombres. Por el contrario, Fermon et al. 2010
reporta valores promedio en poblaciones latinas
distintos a los descritos en esta. A pesar de que
no se analizaron los factores de riesgos
ambientales de los pacientes, estos resultados
respaldan la hipótesis de que la condición
ambiental experimentada en la capital
ecuatoriana es un factor adicional
desencadenante del síndrome del ojo seco, por lo
tanto, amerita estudiarse en el futuro y con más
detenimiento (Pinto et al. 2012) para la mejor
calidad de salud de la población.
En cuanto a las diferencias por género, los
resultados concuerdan con que existe una
predisposición más alta, en las mujeres, a padecer
alteraciones de la película lagrimal; igual que los
reportes de otras investigaciones realizadas (Garg
et al. 2006; Santodomingo 2008; Versura y
Campos 2009).
Se determinaron diferencias estadísticamente
significativas en relación al género; al evaluar la
calidad lagrimal, las mujeres presentaron mayor
calidad en comparación a los hombres. La
cantidad de lagrimal fue mayor en el género
masculino en contraste con el femenino. Estos
resultados son multifactoriales; no se realizaron
análisis comparativos entre las variables
concernietes a los rangos de edad y género.
Del 86,6 % de la población que participó en la
investigación y padecía de algún tipo de
alteración de la película lagrimal; el grupo con
mayor alteración es el de alrededor de los 23 años
(edad inferior a la media de la población
ecuatoriana, 28 años) (INEC 2010). Este dato
denota que la edad no es el único factor influyente
en la aparición de ojo seco en la población
analizada. Díaz (2008) afirmó en su estudio que
todas las células del organismo sufren un proceso
de apoptosis del cual no están exentas las
glándulas exocrinas; esto incluye las
dacrioglándulas lo que coincide con los
resultados hallados en la población estudiada. Por
consiguiente, se respalda la relación entre la
disminución en la cantidad de lágrima, de forma
progresiva y estadísticamente significativa con el
incremento de la edad.
De acuerdo con los estudios realizados por
Bohórquez et al. (2009) sobre el ojo seco, se
determinó que al menos 1 de 6 síntomas
(sequedad, sensación terrosa /arenosa, ardor,
enrojecimiento, legañas ojos pegados por la
mañana) ocurren con frecuencia, con una
prevalencia del 14,6 % en pacientes con rangos
de edad mayor de 65 años. Aunque, los rangos de
edad de la población analizada son distintos, el
síntoma más frecuente en los grupos
segmentados de la investigación fue el
enrojecimiento del ojo.
La principal limitación de este estudio se
presentó en la selección de la muestra, debido a
que se incluyeron voluntarios del sector, por lo
cual no se pudo seleccionar muestras equitativas
en cuanto al género y la edad. Existió un marcado
sesgo en la muestra con respecto a la edad (18-23
años) que influyó fuertemente en los hallazgos de
este estudio. Cabe mencionar que el objetivo del
mismo no incluyó la evaluación de pacientes en
un ambiente controlado, por eso los factores
externos dentro del cuestionario no se tomaron en
cuenta en el análisis realizado.
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Figura 1. Relación del Test Schirmer I y la edad de los pacientes
Este estudio ofrece como principal contribución,
la propuesta de una nueva clasificación de
alteraciones de la película lagrimal, basándose en
5 grupos según los datos obtenidos en pruebas
clínicas de calidad y cantidad de lágrima. Esta
clasificación permitirá identificar y analizar de
forma clara, clínica y terapéuticamente, a los
pacientes.
Los pacientes que habiten en la sierra ecuatoriana
y tengan molestias de ojo seco, deben pasar
obligatoriamente por una evaluación que siga un
determinado protocolo de atención primaria de
salud visual y ocular realizado por un optómetra.
En caso de confirmación del malestar en el
diagnóstico primario, el paciente podrá referirse,
posteriormente, a consulta oftalmológica para su
debido tratamiento. La investigación confirma la
importancia del aumento de profesionales con
conocimiento en el área de optometría, para
incrementar diagnósticos que velen por el
cuidado primario de la salud visual de la
población. Se debería reforzar el apoyo en la
realización de investigaciones, que incluyan
pruebas para detectar alteraciones de la película
lagrimal, otras afectaciones oculares mediante
diagnósticos periódicos y estrategias para
prevención de problemas oculares en poblaciones
locales.
Es importante recordar que existe tecnología
sofisticada para evaluar el estado de la película
lagrimal (Tears Cup, valoración de la
osmolaridad lagrimal) (Schaumberg 2007); sin
embargo, las pruebas clínicas de Schirmer I y
BUT son de fácil manejo y de bajo costo y
pueden servir para diagnósticos en consultas de
profesionales en optometría. La valoración del
estado lagrimal debe adoptarse en los exámenes
rutinarios de la consulta de los profesionales
encargados del cuidado de la salud visual. Este
tipo de diagnóstico temprano ayudaría al
optómetra a referir los casos para que puedan ser
tratados a tiempo por un oftalmólogo.
Asimismo, se recomienda para futuras
investigaciones incluir pruebas adicionales de
diagnóstico que permitan determinar posibles
tratamientos para las alteraciones de la película
lagrimal y su efectividad para cada una de una de
las diferentes afecciones detectadas en los
pacientes. Además, se sugiere realizar estudios
comparativos entre poblaciones de distintas
zonas geográficas del país. El desarrollo de
diagramas detallados de alternativas de
tratamiento estructurados y fáciles de entender
para los profesionales optómetras y oftalmólogos
aportará a la mejora de la calidad de vida de los
pacientes con síntomas relacionados al ojo seco.
CONCLUSIONES
De acuerdo con lo reportado, se concluye que en
la población residente en Quito que formó parte
del estudio tiene un alto porcentaje de ojo seco
(86,6 %), cuya afección incide principalmente la
calidad de la película lagrimal.
Fue necesario disponer de una clasificación con
pruebas diagnósticas sencillas, Test de Schirmer
I y Test de Break Up Time, que permitan al
profesional optómetra identificar el tipo de
alteración de la película lagrimal, de tal manera
que se pueda tomar decisiones oportunas para
referir los casos al médico oftalmólogo.
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Tanto la edad como el género son factores que
influyen en la alteración de la película lagrimal
de los pacientes. La asociación hormonal ligada
al género y otros factores no fueron evaluados en
este estudio.
El optómetra puede apoyar en la realización de
diagnósticos rutinarios para detectar
tempranamente afecciones oculares para poder
hacer remisiones oportunas al médico
oftalmólogo para su tratamiento.
Es necesario realizar investigaciones similares en
la misma población que incluyan el análisis de
otros factores u otros estudios en distintas zonas
andinas ecuatorianas, las cuales presenten
características meteorológicas y altitudinales
similares a Quito para establecer comparaciones
poblacionales.
AGRADECIMIENTOS
Al Instituto Tecnológico Superior Cordillera y a
la Coordinación de Investigación (CIDET) por el
financiamiento y apoyo para la ejecución de esta
investigación. A los y las colegas docentes de la
carrera de Optometría y sus estudiantes, quienes
colaboraron con empeño en la realización del
proyecto.
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