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que existieron 422 millones de adultos en el
mundo que tuvieron esta enfermedad crónica en
el año 2014 (AHA 2017; OMS 2016; FID 2015).
La DM constituye la segunda causa de muerte en
Ecuador, luego de enfermedades isquémicas del
corazón; las defunciones y tasa de mortalidad
general del Ecuador reportadas en el año 2014
alcanzan los 62 981 casos (INEC 2014a). La tasa
de afección a la población ecuatoriana es cada
vez más alta; se calcula una prevalencia de1,7 %
de diabetes en la población de 10 a 59 años. Cuya
tasa se incrementa a partir de los 30 años de edad.
A partir de los 50 años, este riesgo aumenta, por
lo que uno de cada diez ecuatorianos desde esta
edad ya tiene DM (Freire et al. 2014). La diabetes
constituye la primera causa de muerte a nivel
nacional en mujeres ecuatorianas, con el 8,41 %;
en hombres se encuentra como tercera causa de
muerte a nivel nacional, con el 5,84 % (INEC
2014a y b; OPS 2017). Los factores de riesgo
conexos son el sobrepeso o la obesidad. En
Ecuador, el 62,8 % de ecuatorianos entre los 19 y
59 años tiene sobrepeso (40.6 %) y obesidad
(22.2 %). (Freire et al. 2014). Estas cifras
corroboran el hecho de que la diabetes y la
obesidad han dejado de considerarse
“enfermedades de la abundancia”, ya que en la
actualidad afecta a todos los sectores de la
población (OMS 2016).
La diabetes es una enfermedad grave con serias
repercusiones. A mediano o largo plazo, los
pacientes presentan alteraciones en los diferentes
sistemas internos por el incremento de la glucosa
en sangre, característico de la enfermedad. Dicho
incremento puede deberse a la disminución de la
insulina desde el páncreas, o por exceso en el
ingreso de hidratos de carbono o azúcares en la
sangre. En pacientes diabéticos, la glucosa no
puede metabolizarse, porque las células no
responden a la producción de insulina; en estos
casos, la actividad física es nula o mínima y no
degrada las calorías que están en cantidades
superiores a las requeridas (FID 2015; AHA
2017). La hiperglucemia crónica causan algunos
efectos secundarios que, con el tiempo, implican
afectaciones como: la neuropatía periférica,
retinopatía diabética, alteraciones renales,
complicaciones cardiovasculares y pie diabético
(Rubio y Argente 2007).
Los niveles de glicemia en ayunas entre 100 y
125 mg/dl deben mantener controles periódicos
para establecer un diagnóstico concluyente.
La búsqueda de alternativas nutricionales que
consigan la disminución de azúcar en la sangre es
prioritaria. Uno de los productos naturales que
tiene propiedades hipoglucemiantes es el Lupinus
mutabilis (cv. Inti) (conocido popularmente
como chocho) (Baldeón et al. 2012). Esta
leguminosa Lupinus mutabillis está compuesta
por un contenido de proteínas y aceites,
alcaloides quinolizidinicos, ácidos grasos como
el oleico, linoleico y linolenico, azúcares totales
y reductores y otros minerales. Como calcio (Ca),
fósforo (P), hierro (Fe), Zinc (Zn) y otros, que
ayudan a mantener las concentraciones
adecuadas en el sistema óseo, piezas dentarias,
participa en la actividad del músculo cardíaco y
como generador de energía. La concentración de
calcio es más alta en la cáscara del grano por lo
que se recomienda la ingesta sin pelar la
leguminosa; otro micro elemento presente en el
chocho es el hierro (Fe), mineral importante
como parte de la hemoglobina para transportar el
oxígeno en la sangre y fortalecer el sistema
inmunológico (Villacrés et al. 2006). Por su alto
contenido en proteínas (muy rico en lisina) y
grasa, se lo conoce como la soya andina (Freire
et al. 2014).
En los años cuarenta en Italia, se demostró que el
consumo de la variedad Lupinus mutabilis
aumentaba la liberación de insulina en la sangre
para reducir la glicemia en las personas (Baldeón
et al. 2012). Existe evidencia que esta especie y
otras plantas medicinales para el control de los
niveles de glucosa en la sangre, sin provocar
efectos colaterales (76 % de los ensayos
denotaron evidencia en el control de glucosa en
sangre sin secuelas) (Saravana et al. 2011; Bratat
et al. 2010; Yeh et al. 2003).
Se ha probado, además, el potencial uso del
chocho en el control de los niveles de glucosa,
utilizando ratones (Sewani-Rusike et al. 2015).
Existe evidencia del efecto hipoglucemiante de
𝛾-conglutina enriquecida de las semillas del
extracto de Lupinus. La 𝛾-conglutina fue descrita
por su actividad insulino mimética en los
mioblastos de ratones; es decir se ha demostrado
que la semilla imita los efectos de la insulina en
la regulación de glicemias (Andor et al. 2016;
Bertoglio et al. 2011; Terruzzi et al. 2011).
En el año 2006, (Diario EL COMERCIO, sf)
Baldeón y su equipo de investigadores reportaron
que dicho producto podría servir para tratar la
diabetes. Ante este hallazgo, un grupo de
científicos ecuatorianos (Baldeón et al. 2012)